La gestión del asunto religioso islámico ha sido siempre una cuestión principal tanto en las políticas públicas como en el ámbito académico en los países de la cuenca mediterránea. Desde un punto de vista teórico, en España no existe ningún obstáculo formal para la integración de los musulmanes en la sociedad, dado que la libertad religiosa es un principio básico consagrado en la Constitución Española de 1978, tal como establece el artículo 16:
- Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades, sin más limitación en sus manifestaciones que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley.
- Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
- Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.
No obstante, en la práctica, la gestión de esta cuestión presenta importantes dificultades debido a factores culturales, sociales y políticos, algunos de los cuales incluso trascienden el contexto español. A continuación, dialogaremos con un actor clave del islam en España, Mounir Benjelloun, presidente de la Federación de Entidades Religiosas Islámicas de España (FEERI), con el fin de arrojar luz sobre algunos aspectos de esta compleja cuestión en la España contemporánea.
* Después de ocho años de ausencia en la Comisión Islámica, la Federación de Entidades Religiosas Islámicas en España ha vuelto a formar parte de esta institución, encargada de representar a los musulmanes españoles. Surge, por tanto, el interrogante sobre las razones que motivaron su prolongada ausencia, así como los factores que facilitaron su reincorporación
Al parecer, la dirección de la Comisión Islámica ha reconocido finalmente la importancia de contar con un respaldo más amplio de la sociedad musulmana en España para avanzar en la gestión del islam en el país. Los problemas jurídicos que enfrentan algunos miembros de esta institución pública podrían reflejar las dificultades que enfrenta el actor islámico a nivel global, incluso en contextos plurales y democráticos como el español.
En este sentido, resulta pertinente señalar que ciertos círculos de poder fáctico en el Estado español podrían estar atravesando situaciones de desconfianza o mostrando tendencias hacia un control excesivo.
En términos generales, es fundamental fomentar la cooperación para gestionar de manera adecuada las cuestiones vinculadas al islam en España, promoviendo el diálogo y el entendimiento mutuo. La integración de la comunidad musulmana constituye una dimensión social relevante, y es responsabilidad de todos los actores implicados contribuir de forma positiva a la administración de los asuntos religiosos, culturales y sociales que afectan a los ciudadanos españoles de fe musulmana.
* ¿Se encuentran actualmente la Federación de Entidades Religiosas Islámicas de España (FEERI) y la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE) en un contexto de relaciones favorables que permita acercar posturas y fomentar una colaboración efectiva?
En realidad, las relaciones dentro de UCIDE son estables; sin embargo, nos encontramos actualmente en una fase de búsqueda de un marco organizativo que nos permita gestionar de manera eficaz nuestras diferencias internas. A pesar de nuestros esfuerzos, hasta el momento no hemos obtenido resultados concretos en este ámbito.
Mantenemos una actitud abierta al diálogo y actuamos de buena fe, con el objetivo de alcanzar acuerdos que favorezcan una mejora sustancial en la gestión religiosa islámica en España. No obstante, en caso de que no se logren avances significativos, no descartamos la posibilidad de retirarnos de la institución, ya que consideramos que permanecer sin generar cambios ni impulsar el progreso del trabajo islámico en el país carecería de sentido.
* En términos generales, ¿cuál considera que es el principal desafío en la gestión de los asuntos religiosos islámicos en España?
Sin lugar a dudas, la intervención estatal no siempre se ajusta a los principios legales propios de un Estado de derecho, una realidad particularmente evidente en el ámbito de las mezquitas y los centros islámicos. Es preocupante que las consideraciones relativas a la seguridad dominen la mentalidad de una parte significativa de las élites políticas y las autoridades públicas en un país democrático como España.
Es fundamental modificar la perspectiva estatal hacia el islam, ya que no solo representa un credo religioso, sino también una cultura profundamente arraigada en la historia de la península ibérica. Una parte considerable del patrimonio cultural español tiene sus raíces en la época musulmana, una herencia común que constituye un legado de la civilización humana y un motivo de orgullo nacional tanto para musulmanes como para no musulmanes en España.
Considerar el islam exclusivamente como una amenaza a la seguridad es una visión errónea que dificulta una gestión adecuada de los asuntos religiosos en su conjunto. Además, esta mala gestión política facilita la intervención de potencias extranjeras que buscan posicionarse dentro de la sociedad islámica española por motivos puramente políticos y estratégicos, incluso actores geográficamente distantes de nuestro país. Por lo tanto, lo que se presenta como una política de seguridad acaba generando, en última instancia, una deficiencia significativa en la seguridad nacional española.
* Desde su perspectiva, ¿la presencia de Marruecos en la gestión de los asuntos religiosos islámicos en España puede considerarse negativa, a pesar del fuerte vínculo demográfico y cultural entre ambos países, que también se extiende a segmentos de la población musulmana autóctona española?
En este sentido, es evidente que fuera de España se conoce poco sobre nuestra comunidad musulmana, que abarca más de ochenta y cuatro nacionalidades. Es erróneo suponer que el islam español pueda ser una mera réplica del islam marroquí, incluso en lo que respecta a las tradiciones culturales. Es fundamental reconocer que los actores principales del islam en España, tanto en cuestiones relacionadas con las mujeres como con los jóvenes, poco tienen que ver con los códigos culturales marroquíes, dado que hablamos de una comunidad musulmana multicultural que, además, posee una dimensión generacional significativa.
Por esta razón, desde la Federación de Entidades Religiosas Islámicas de España (FERI) defendemos un nuevo modelo de representación de los musulmanes en la Comisión Islámica. El sistema electoral actual excluye a actores civiles clave, especialmente a las asociaciones de mujeres y jóvenes, así como al colectivo de profesores de religión islámica. A mi juicio, es esencial reflexionar colectivamente sobre la renovación de este modelo de representación para ampliar la participación de los musulmanes en la gestión de su propia religión. Los imanes y responsables de las mezquitas no son los únicos actores relevantes en este ámbito.
* ¿Cuál es su opinión sobre la formación de un partido político destinado a defender los intereses de los musulmanes en España? En el contexto laico establecido por la Constitución española, ¿es razonable considerar la creación de un partido de corte religioso?
En este contexto, desde la Federación de Entidades Religiosas Islámicas de España (FERI) tenemos claro que no somos un partido político, sino una plataforma religiosa. Nuestro objetivo es mantener una posición de equidistancia respecto a todos los partidos políticos españoles. No obstante, en la práctica, y dependiendo de las circunstancias específicas de la vida política española, nos encontramos más próximos a algunas fuerzas políticas que a otras, lo que, sin lugar a dudas, influye en la intención de voto de la comunidad musulmana.
A pesar de ello, respaldamos cualquier iniciativa que busque mejorar la representación de los musulmanes en España. Si la creación de un partido político que defienda los intereses del islam en el país, en conformidad con la legislación constitucional, lograra un éxito popular y electoral, no nos opondríamos en principio. Sería, sin duda, una contribución valiosa para fortalecer la democracia en nuestro país.
* Por último, nos gustaría conocer las principales líneas de cambio propuestas por la Federación de Entidades Religiosas Islámicas de España (FEERI), así como su enfoque y teoría de trabajo en relación con el islam en España.
Por un lado, proponemos una perspectiva de trabajo islámico autonómico, en la que no sea necesario depender de un modelo centralizado. Dentro de las estructuras de las comunidades autónomas, consideramos viable la creación de órganos regionales y locales que gestionen las organizaciones islámicas de manera descentralizada.
Por otro lado, creemos que el trabajo islámico en España no debe limitarse exclusivamente a la organización del culto religioso. El islam es, además de una religión, una cultura y un estilo de vida. En este sentido, es crucial contar con áreas de trabajo que aborden aspectos sociales, culturales e incluso económicos, con el fin de integrar a los musulmanes en la sociedad española como un componente esencial de la ciudadanía del país.
En la actualidad, la Comisión Islámica de España, como institución pública, no realiza una contribución significativa en esta dirección y su credibilidad entre las nuevas generaciones es, en algunos casos, cuestionable. No obstante, hemos decidido trabajar dentro del marco legal vigente, con el objetivo de renovarlo desde adentro en la medida de lo posible.
Publicado el 5 de feberero de 2025.
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