En muchas ocasiones, personas muy diversas me han preguntado con gran curiosidad y sorpresa que por qué decidí elegir la especialidad de Estudios Árabes e Islámicos al llegar a la Universidad. Debo decir que tan sorprendente resultaba para quien me lo preguntaba el hecho de que yo hubiera optado por los estudios árabes, como para mí recibir esa pregunta con tanta insistencia. En mi opinión, siendo español, solo hace falta echar un vistazo a nuestro entorno geográfico y cultural o a nuestra historia para que automáticamente se despierte el interés por el legado árabe e islámico. Es normal sentir atracción o curiosidad por la cultura y la lengua que tenemos al sur, y que impregna nuestra lengua y modo de vivir, en ocasiones de las maneras más insospechadas.
Bien es cierto que España es un país europeo, vinculado política y culturalmente al resto de Estados europeos, unión ahora cristalizada institucionalmente en la UE. No obstante, basta echar un vistazo al mapa para comprender que, como españoles, gran parte de nuestra vecindad meridional y oriental está compuesta por países de lengua árabe y cultura islámica, con los que mantenemos importantes relaciones culturales, económicas y sociales desde hace milenios y cuyas ciudades están mucho más cerca de nuestras costas que Londres o París.
Ignorar la riqueza, diversidad, belleza y oportunidades de los países de la ribera sur del Mediterráneo y tener la vista puesta exclusivamente en el entorno europeo es, en mi opinión, una actitud absurda y que desatiende todo lo que estos países tienen que aportar a nuestra cultura y vida colectiva. Es imposible comprender España sin atender a su dimensión africana y oriental, tanto su pasado como su presente y por supuesto su futuro.
En este sentido, la relevancia de los estudios árabes en España se hace evidente al echar un vistazo a la historia de la península ibérica. No obstante, quiero ir más allá de resaltar por enésima vez el obvio legado andalusí en patrimonio histórico y monumental. Como han constatado recientes investigaciones, la interacción e influencia de los movimientos sociales y políticos del Magreb ha tenido influencia en España también en su historia contemporánea, del mismo modo que lo que pasa en España tiene su repercusión en Marruecos. Importantes líderes políticos o sociales españoles han obtenido de Marruecos ideas e inspiración para poner en práctica en España, del mismo modo que la diáspora marroquí en la península se nutre de la vida política, cultural y social española.
Personalmente, conocer Marruecos en mi juventud me ha ayudado a entender mejor España: es como si en el norte de África se hallara la pieza que falta en el complejo puzzle que ha ido conformando las diversas identidades españolas hasta hoy. Una vez observada esta pieza, como ya le sucediera a Blas Infante, se entiende como nuestra manera de vivir se nutre de artes, saberes, palabras e ideas que provienen del sur del Estrecho y cuyo rastro nos lleva hasta Marrakech, Damasco o Bagdad.
Por otra parte, aprender la lengua árabe supuso para mí un despertar vital de la conciencia. Según iba comprendiendo la lengua árabe y pudiendo apreciar su belleza, notaba como nuevas áreas de mi cerebro se sentían gustosas y estimuladas, al ir integrando poco a poco el modo árabe de entender la comunicación y nombrar las cosas. Aprender la lengua de cultura por antonomasia de la Edad Media, a través de la cual todo el legado grecolatino llegó hasta Europa supone estar más cerca de la forma de ver el mundo que dio paso a la Ilustración.
Por todo ello, me considero como una persona que todavía se halla en ese proceso de aprendizaje y asombro. Asomarse a otra cultura y otra lengua, sea cual sea, siempre es un reto apasionante que despierta en el ser humano adulto la capacidad de asombro que tan viva tienen los niños. En mi experiencia, al conocer Marruecos y la lengua árabe, me he sentido de nuevo un niño que aprende a ver el mundo de otra manera, enriqueciendo mis sentidos y otorgándome una pasión que espero conservar el resto de mi vida, in sha Allah.
articulo publicado: 11 de mayo de 2023
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